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Mojiganga doméstica
El 27/07/14 se divulgó el video pornográfico protagonizado por un senador de la Nación con funcionarias del Congreso Nacional, una de ellas presuntamente menor de edad. Hoy la gente ya olvidó por completo la desvergüenza del actor y de las jóvenes actrices, y pasó a cuestionar la “crueldad cometida por los escabrosos ciudadanos que popularizaron la cinta obscena en las redes sociales”.
El Tribunal de Conducta de la ANR se desentendió del filme, remitiendo los antecedentes del polémico celuloide a la Junta de Gobierno del partido, con el argumento de que el tratamiento del caso “no es de su competencia”.
Los medios de comunicación se han autocensurado y no han hecho comentarios adicionales a los expresados en los días posteriores a la difusión del escandaloso filme, protagonizado por el maduro y alegre legislador nacional. Se mencionó, además, que pese a que la prensa no puede ignorar un tema del que gran parte de la sociedad está hablando, no fue el video, sino la manera en que se produjo su divulgación en las redes sociales lo que originó la deliberada omisión de la misma. No se dijo lo mismo de las fotos divulgadas en las redes sociales, relacionadas con un joven juez de la Niñez y Adolescencia, sometido al escarnio público por acosar a una hermosa niña de figurines, que le costó su cargo en la Justicia paraguaya.
Pese a lo ocurrido, no sería disparatado que en pocos días más, el implicado en el indecente affaire cinematográfico sea condecorado por sus correligionarios y pares parlamentarios, exigiéndose a la ciudadanía un público resarcimiento.
En colindantes elecciones legislativas, seguro será nuevamente votado por la mayoría de la ofendida y santurrona ciudadanía. Es que así somos los nativos de estas cálidas tierras mediterráneas, no tenemos remedio, además si lo tuviésemos, no existirían las pócimas curativas en los almacenes del IPS.
Aníbal Reinaldo Pangrazio
Los colorados ganaron
La salida de Hugo Royg del IPS fue una maniobra de los seccionaleros, que ganaron la pulseada. Quienes perdieron fueron los asegurados, pero no poque Royg hubiera sido particularmente bueno, sino porque durante un año no le dejaron hacer nada de nada y lo desgastaron y obligaron a dedicarse a defenderse de las gavillas de seccionaleros colorados, que no están acostumbrados a no ser quienes toman las decisiones. Filártiga es colorado, pero se conoce su carácter fuerte, así que esperemos que lo dejen trabajar. El IPS es un nido de colorados, que no se resignó aún a otras formas de administrar la cosa pública. Sabemos que el problema del IPS es muy grande y que la solución no depende solo de un administrador. Royg no podía más. Ahora dejen hacer a Filártiga, porque no podemos seguir sin remedios, sin turnos, con tratos denigrantes, con médicos que hacen lo que quieren, con enfermeros que maltratan.
Ángel Melgarejo